miércoles, 5 de noviembre de 2014

El Tráfico de Datos Personales y hábitos de comportamiento

Poco a poco van apareciendo empresas en Estados Unidos que pagan dinero a los usuarios (de 5 a 14 €) por dejar fisgar en sus redes sociales y en sus movimientos de tarjetas de débito y crédito al realizar compras. 

¿Cómo? ¿Qué? ¿En serio?

Aunque parezca algo asombroso (al menos para mí lo es) ya existen empresas que se dedican a comercializar datos de los usuarios de forma pública. Aunque más asombroso me parece que la gente se preste a este tipo de negocios vendiendo su privacidad. ¿Por qué digo "de forma pública"? porque hasta ahora sabíamos, a modo de leyenda urbana, que nuestros datos se vendían de unas empresas a otras, llegando a ser un entramado casi imposible de descifrar a la hora de ejercer tu Derecho de acceso, rectificación, cancelación y oposición que pone a nuestra disposición la Agencia Española de Protección de Datos (pero esto da para otra entrada)

Pongamos de ejemplo, para saber si venden o no nuestros datos, el número de teléfono móvil o fijo, el cual, una vez dado de alta en una compañía telefónica es vendido, o eso creemos, a otras empresas las cuales se entretienen, muy amablemente, en la hora de la comida, la siesta o de la cena en llamarte para que contrates los servicios que ellos ofrecen. ¿Por qué me llaman si yo no he pedido información? Pues porque hay un tráfico de datos personales y nosotros somos la mercancía.


Una de estas empresas es Datacoup, que está haciendo una prueba en fase beta en la que la gente recibe 8 dólares mensuales (unos 5,8 euros) a cambio de acceso a tus cuentas en las redes sociales como Facebook y Twitter, más las transacciones de una de tus tarjetas de débito o de crédito. La start-up de Nueva York (EEUU) piensa ganar dinero cobrando a las empresas por acceder a las tendencias de uso y compra derivadas de esa información después de quitarle todos los detalles personales.

Luth Research, una empresa de San Diego (EEUU) ofrece a las empresas un acceso sin precedentes a los dominios digitales privados de decenas de miles de personas que están de acuerdo en permitir que, por 100 dólares al mes (unos 74 euros), gran parte de lo que hacen en un smartphone, tableta o PC sea observado.

Bien era sabido que la información que utilizamos en Internet es utilizada para comercializarla, para venderla a otras empresas, así, por ejemplo, Google, el gigante americano de las comunicaciones y de más cosas, tiene acceso, entre otras muchas cosas a la lectura de todos los correos electrónicos que mandemos desde su plataforma Gmail, y además tiene acceso al contenido de los documentos adjuntos que esos correos llevan. La consecuencia es una publicidad a la carta, la cual se diseña según tus gustos, hábitos de compras y movimientos en la red.

Otras compañías por todos conocidas, Amazon, Facebook, Twitter, etc.. utilizan el mismo protocolo de actuación a la hora de mostrarnos sugerencias de compras o anuncios publicitarios, lo que hace preguntarse:

¿Nos encontramos ante el fin de la privacidad debido a los avances tecnológicos? ¿Ya no hay privacidad? ¿Podríamos considerar que estamos ante un cambio de mentalidad en cuanto a la privacidad?

Y la última pregunta, y no menos importante, es ¿esta información la gestionan o gestionarán documentalistas?¿o más bien informáticos expertos en bases de datos? :)

La respuestas serán muy variadas por lo que os las dejo a vosotros

 Fuente:
www.technologyreview.es/


No hay comentarios :

Publicar un comentario